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La evolución de los vinos Villota: cosechas 2016-2018

Todo nace, cambia y evoluciona. Haremos un recorrido cualitativo sobre la evolución de una cosecha que tanto puede determinar el sabor y la excelencia de un vino. Ya sabéis que la personalidad de cada añada es lo que determina que nuestros vinos sean siempre una sorpresa. Sigue leyendo y descubre los entresijos de las últimas añadas de Villota, una información reveladora.


Evolución en las cosechas 2016-2018 en Villota


2016: calidad y cantidad


Esta cosecha tuvo muy buenos resultados tanto en calidad como en cantidad. La buena climatología que acompañó al desarrollo de la uva hizo que este último se prolongara en el tiempo. Además, las expectativas productivas se incrementaron tras un ciclo en el que la sequía y las altas temperaturas veraniegas habían sido las protagonistas. Tras un invierno frío y lluvioso, el resto del año se presentó más cálido y seco de lo normal. Esto derivó en estrés hídrico en diferentes viñedos de Rioja.


El inicio de la vendimia fue el 23 de septiembre con el Tempranillo Blanco. Gracias al verano seco que habíamos pasado, no hubo problemas de enfermedades criptogámicas. Todo ello se tradujo en una gran nitidez aromática y una perfecta maduración en los vinos blancos.


De esta cosecha salieron vinos de gran equilibrio entre acidez y grado alcohólico, lo que les proporciona una dualidad muy excitante: frescura y madurez fenólica. Esta última se percibe en la suavidad y redondez del tanino en boca. En consecuencia, han resultado vinos de mucha profundidad y persistencia.



2017: escasa y de gran calidad


Esta fue, sin duda, la cosecha más temprana de la historia de Rioja, escasa y de gran calidad. Fue la vendimia más complicada de los últimos años, ya que las heladas de abril y la persistente sequía durante el verano no lo pusieron nada fácil. Sin embargo, el resultado fue una cosecha disminuida pero de excelente calidad.


La cosecha de 2017 fue muy temprana y escasa, pero con una uva de excelente calidad.

La añada 2017 se conocerá como “el año de la helada”. La noche de San Prudencio, el 28 de abril, las temperaturas bajaron por debajo de los cero grados en la mayor parte de nuestros viñedos. Esta circunstancia marcó definitivamente todo el manejo del cultivo a lo largo del ciclo vegetativo. La helada hizo que todo el trabajo de campo estuviese destinado a evitar la pérdida de frescura en los diferentes vinos. Tras la vendimia más temprana conocida en Rioja, el resultado final fue excepcional, con vinos muy fragantes y equilibrados.


En la última fase del ciclo, la correcta evolución vegetativa del viñedo y la ausencia de plagas o enfermedades de importancia permitieron que el estado sanitario de la uva fuera extraordinario hasta el final de la vendimia.


A pesar de la prolongada sequía y del calor, en agosto llegaron unas lluvias que permitieron que continuara el proceso de maduración (que fue muy lento), con evolución positiva de la maduración fenólica.


El resultado fueron unos aromas estupendos, con estructura, color y polifenoles adecuados. Con esta cosecha se elaboraron vinos finos y elegantes con un complejo y marcado carácter riojano, aptos para su crianza en barrica y largo envejecimiento.


2018: maduración óptima


Esta añada con marcada influencia atlántica, a pesar de haber sido compleja, no ha sufrido contratiempos climatológicos importantes en el último ciclo. Esto permitió lograr el momento óptimo para la recogida.



El año estuvo marcado por fenómenos meteorológicos de poca trascendencia a nivel general, así como por una incertidumbre ocasionada por las continuas amenazas de mildiu. No obstante, no hubo graves problemas gracias a la gran labor realizada en bodega como continuación del esfuerzo realizado en el viñedo por mantener la sanidad de la uva.


La meteorología benévola durante septiembre y octubre permitió a los viticultores y bodegueros escalonar la vendimia hasta alcanzar la calidad óptima necesaria, realizando una rigurosa selección tanto en viñedo como en bodega.


La vendimia de esta cosecha en Rioja comenzó el 27 de agosto, 17 días después que la campaña anterior. De manera general el final del ciclo vino caracterizado por una vendimia escalonada y en fechas tradicionales. La entrada en bodega fue pausada debido a la lentitud en alcanzar el final de maduración. Este hecho, unido a las buenas condiciones meteorológicas, hizo que se pudiera mantener la uva un mayor tiempo en la viña con el objetivo de conseguir condiciones óptimas de maduración.


Ahora que conoces un poquito mejor las cosechas con las que se han elaborado nuestros vinos, solo te queda apreciarlos por añadas para hacer tu propia valoración sobre ellos. Entra en nuestra tienda online y descubre nuestros vinos Villota Selección Tinto 2017 y Villota Selección Blanco 2016 con 90 y 93 puntos Parker respectivamente.

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